viernes, 30 de abril de 2010

El niño que todo lo quería ser

El niño quiso ser pez, metió los pies en el río.
Estaba tan frío el río que ya no quiso ser pez.

El niño quiso ser perro, se puso a ladrar a un gato.
Lo trató tan mal el gato que ya no quiso ser perro.

El niño quiso ser pájaro, se asomó al balcón del aire.
Estaba tan alto el aire que ya no quiso ser pájaro.

El niño quiso ser hombre, empezó a ponerse años.
Le iban tan mal los años que ya no quiso ser hombre.

Y ya no quiso crecer, no quería crecer el niño,
si estaba tan bien de niño, pero tuvo que crecer.

Un día, al volver a su placeta de juegos,
el hombre quiso ser niño, pero ya no pudo ser.

Manuel Benitez Carrasco.

domingo, 4 de abril de 2010

Solo con mi soledad

Una vez más me encuentro solo, y así me gusta estar. Hablar conmigo mismo, ser yo, sin tener que mentirle a nadie, sin fingir. Si estoy triste me doy un abrazo para levantar el ánimo; si estoy feliz grito de alegría.

Y así he estado casi siempre, solo con mi soledad. Para qué ser el valiente domador de leones en el coliseo con tal de impresionar a la hermosa doncella que está comprometida con el hijo del rey. Tampoco pretendo ser el creador de una nueva obra de arte que se quiere ganar el reconocimiento de los ricos, los cuales se critican unos a otros pero de frente son los mejores amigos.

Estando solo puedo conocer mis defectos que me detienen a ser realmente yo mismo. Estando solo me siento libre. Estando solo sólo faltas tú. Pero si estuvieras tú ya no estaría solo, ya no imaginaría una vida junto a ti, porque la viviría a tu lado. No me conocería tanto porque tú me conocerías mejor.

Es por eso que quiero estar solo, porque todavía no se quién eres tú, no sé si quiero conocerte o ya te conozco, lo único que sé es que estando solo estoy bien, aunque este bienestar sea un pasajero con un viaje de ida pero no de vuelta. Y cuando el pasajero llegue a su destino subirá tu compañía y mi soledad se irá con él.

Mientras estaré así, sólo con mi soledad, juntos, pero sin ti...