sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi corazón de rombitos

Un rombo, una figura de cuatro lados. Cuatro estaciones, cuatro puntos cardinales, cuatro letras, cuatro suspiros. Me quedo con los suspiros, porque dicen más que cualquier palabra, palabras van y palabras vienen, pero los suspiros penetran el alma. Cuatro momentos, seguirte, hablarte, conocerte, y ahí me quiero quedar. ¿Por qué no llego al último momento? Porque ese sería perderte, y no lo quiero hacer.

Pero al callar perdí, por no decir nada, por mi cobardía puedo llegar a perder a cierta personita especial que me hace suspirar, sonreír y olvidarme de la realidad. Callé porque me atemoricé al sentir todo demasiado rápido, lo confieso, pero temo no estar contigo, y me arrepiento.

Y a esa personita la conocen por cuatro letras, cuatro días le tomó forrar mi corazón con su sello característico. Ese forro le hace bien a mi corazón y si le faltase el forro prefiero que me quiten el corazón completamente para no sentir la ausencia que me dejaría.

Así que aprovecho estas líneas para decirte lo que callé, te quiero y no quiero que esto se quede nada más como algo pasajero