¿Por qué mis emociones dominan a mi razón?
Sé que no soy el centro de tu universo
y sin embargo, no puedo dejar de querer serlo.
Si me lo pidieras detendría el tiempo para estar eternamente contigo.
Porque siendo sincero, nunca es suficiente para contemplar tu sonrisa.
Nada más falta que te atrevas, que te arriesgues,
porque por ti lo daría todo y hasta más que eso.
Te daría el inicio de la primavera en medio del invierno,
la luz de la luna para que te cuide cada noche,
una legión de ángeles velarían tus sueños
y la brisa del mar acompañaría tu caminar.
Ya conoces qué te ofrezco, y sabes que no me pesa darlo,
ni viajar para verte un instante y después desaparecer
tras la penumbra de la noche, mientras el sol se despide
de una hermosa tarde de mayo.
Pero mientras tanto, una cruda letanía se apodera de mis sueños,
un aguijón ataca mis recuerdos y supera la realidad.
Permanezco alentado por la melodía de tu voz,
y por el último recuerdo que quedó en mi corazón.