viernes, 27 de agosto de 2010

Música y poesía.

Me da miedo expresar lo que siento, miedo de que algún día lo leas y veas la parte que siempre oculté. Quisiera regresar el tiempo atrás para evitar el dolor que siento, pero es imposible evitar el dolor, ese dolor que me apuñala una y otra vez el alma desnuda que tanto brillaba por ti, y simplemente desapareció, como un sueño del que no quieres despertar y cuando termina, no puedes escapar de la pesadilla de la realidad.

Pensando tantas cosas, no he podido desprenderme de ti, porque cada vez que pienso, no puedo pensar con claridad. Y ahora me dueles, me dueles más que nunca. El dolor me ataca sin piedad, cuando respiro, cuando lloro, cuando río y cuando pienso. Entonces decido no pensar, ni motivos ni razones. Decido no reír, porque te llevaste mi risa y la arrojaste por el puente que fuimos construyendo día a día, palabra a palabra, risa a risa, mirada a mirada, latido a latido. Sin la risa me queda llorar, pero cada lágrima conspira con mi pensamiento y me recuerda a la lluvia de cada noche que culminaba un día, una hora, un minuto, un instante de alegría. Sólo queda dejar de respirar, por si algún día encuentro tu perfume que me llevaba a la risa y la risa a la alegría por estar con la mujer más maravillosa que he conocido.

Si lo lees no creas que escribo para lastimarte, esa no es mi intención y nunca lo ha sido. No quise gritarte así, no quiero despedirme. Quiero que sea un hasta pronto, no quiero olvidarte, no quiero perderte, perder cada risa, cada momento, cada sonrisa. El mundo es muy grande, lo sé, pero la vida es corta y si buscara a alguien con quien llenar el vacío que siento, perdería la oportunidad de pedirte perdón.

Perdóname, perdóname por cada suspiro que en realidad era un grito por ti, perdóname por cada noche que no dormí pensando en cómo hacerte sonreír, por cada detalle, por cada vez que nuestra piel se rosó una con la otra, por cada lágrima derramada en mi fría almohada, perdóname, sobre todo, por no haberte dicho lo mucho que te quiero y que me hacías feliz.